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Internet de las Cosas: conectados por 26 billones de dispositivos

Internet de las Cosas: conectados por 26 billones de dispositivos

El Internet de las Cosas (IoT) ya no es un fenómeno nuevo. Lo más seguro es que forme parte de nuestra vida y facilite muchas de nuestras tareas diarias. Pero, ¿qué es IoT? Como dijo el presidente de Google, Eric Schmidt, en el Foro Económico Mundial, IoT “estará presente todo el tiempo”. Rodeará nuestra vida cotidiana sin que nos demos cuenta. Muchos dispositivos observarán nuestros movimientos y acciones incluso mientras interactuamos con ellos. Se prevé que para 2020 haya más de 26 billones de dispositivos conectados.

Qué es el Internet de las Cosas

En pocas palabras, IoT describe todas las cosas en nuestra vida que tienen posibilidad de encenderse o apagarse y están conectados a Internet. Mientras estén conectados a la red, estos dispositivos pueden tomar sus propias decisiones y comunicarse con otros dispositivos y una base de datos. Por lo tanto, los dispositivos conectados proporcionarán más valor a los usuarios mientras que muchas tareas serán resueltas por el Internet de las Cosas. Cualquier cosa que pueda conectarse, se conectará dentro de un entorno inteligente. Es decir, el IoT es una gran base de datos de información, y para que los dispositivos intercambien datos, necesitan sensores, software, electrónica y conectividad de red.

Muchos de tus dispositivos IoT estarán hipotéticamente controlados por teléfonos móviles. Por tanto, los desarrolladores tendrán grandes oportunidades para crear nuevas aplicaciones, pero también para los productos en general. Por ejemplo, Tesla probó que controlar el coche con una aplicación móvil es posible. Y esto es solo la primera etapa del desarrollo de aplicaciones IoT, ya que hay más «cosas» que potencialmente pueden estar conectadas al Internet de las Cosas (por ejemplo, cafeteras, televisores, lavadoras, auriculares, lámparas, dispositivos portátiles, etc.). Los productos contarán con un USP (punto de venta único) y las empresas deberán adaptarse a esta tendencia de combinación de sus productos al IoT.

Aplicaciones del Internet de las Cosas

El Internet de las Cosas tiene dos caras. Por un lado, hay que tener en cuenta el SENSOR NETWORKS, y por otro lado, el SMART CONTROL. El primero consiste en cualquier dispositivo que sea capaz de monitorear el ambiente. En cuanto al segundo, el Control Inteligente, tiene lugar en cualquier dispositivo que gestione todos estos datos a nuestro alrededor y tenga la capacidad de utilizarlos para manipular el entorno.

Ejemplos de la red de sensores son termostatos, cámaras, detectores de brillo, detectores de humedad, relojes, objetos portátiles y sensores ambientales y territoriales que pueden detectar cambios en el entorno. Con Sensor Networks sabes todo lo que está sucediendo en tu entorno.

En cambio, Smart Control implica el uso de los datos recopilados por las redes de sensores para controlar el entorno, ya sea manual o automáticamente. Por ejemplo, puede desbloquear manualmente tu coche Tesla utilizando una aplicación o el coche se puede desbloquear automáticamente cuando detecta que la app está cerca. La aplicación utiliza los datos recopilados por Sensor Networks y utiliza Smart Control para llevar a cabo la acción que se desea.

El fin de todo esto es que existirá la posibilidad de tener una casa inteligente, un edificio inteligente, red inteligente, transporte inteligente, fabricación inteligente   otras oportunidades inteligentes. El termostato en tu casa inteligente utilizará tu red de sensores y así detectará la temperatura antes de usar el control inteligente para ajustar la temperatura como desees. Otro ejemplo sería el Smart Car del futuro. Tu coche sabrá cuándo el tráfico es malo y automáticamente le dirá a tu jefe que llegarás tarde al trabajo.

Otros campos en los que se podría aplicar IoT son el sector minorista, el sector de la salud o el sector energético, mejorando la eficiencia general.

Desafíos y riesgos del Internet de las Cosas

El Internet de las Cosas es complejo, y esto conlleva que los desafíos y riesgos todavía sean más complicados. Para estructurar estos retos, podrían dividirse en desafíos de interoperabilidad, implicación de riesgos y cantidad de inversiones.

Operabilidad

Para que IoT se utilice correctamente en muchos dispositivos y plataformas, la interoperabilidad y la estandarización son factores claves de éxito. Se requiere una variedad de estándares de conectividad cableada e inalámbrica para adaptarse a diferentes requerimientos de aplicación. Además, la capacidad de conectar todos los dispositivos es crucial, porque muchas compañías tienen sus propios protocolos, interfaces y hardware.

Al automatizar las cosas a través de IoT, estamos utilizando menos energía propia, pero más energía eléctrica; y el desafío para los dispositivos IoT es reducir este consumo de energía. Con el fin de gestionar esto, los desarrolladores necesitan un mejor acceso a la gestión de aplicaciones IoT.

Implicación de riesgos

La búsqueda de métodos para asegurar que los datos privados no puedan ser comprometidos es otro gran problema cuando se conectan las cosas a Internet. La privacidad del usuario debe ser invulnerable, y por eso es necesario detectar y bloquear actividades maliciosas. Todo el sistema podría verse comprometido si otro dispositivo tuviese acceso al sistema.

Otros posibles riesgos implican grandes problemas de datos. Los grandes datos aumentan la eficiencia del IoT incrementando la inteligencia de los dispositivos, aunque se les proporciona más información. Esto implica incorporar inteligencia a las cosas para que sean capaces de hacer más de lo que se les propuso hacer. Sin embargo, estos datos deben ser protegidos adecuadamente.

Importe de las inversiones

Evolución de Internet de las Cosas y expectativas de crecimiento

En su informe de la próxima mega tendencia, Goldman Sachs dijo: «El IOT tiene el potencial de impactar en todo […] lo que generará ganancias de primera línea y de resultados». Esto resume brevemente las posibilidades de las empresas, y no hay que olvidar que ya en 2013 se hablaba de IoT. El McKinsey Global Institute pronosticó recientemente que IoT podría generar entre $4 trillones y $12 trillones de ingresos para 2025. Pero, ¿en qué podrían basarse estas predicciones?
La evolución de la banda ancha de Internet es significativa y coincidirá con la del Internet de las Cosas. Cada año, el Internet de banda ancha se está volviendo más rápido y más barato. Además, se están creando más dispositivos con wi-fi incorporado, y están cada vez más disponibles en todo el mundo.
Por lo tanto, en el contexto de IoT, las «cosas» serán capaces de conectarse a Internet más rápido y de manera más barata. Otras ventajas del IOT son la reducción del uso de energía y un aumento de la eficiencia. Por ejemplo, la gente podrá minimizar los gastos de energía usando una casa inteligente que enciende y apaga la luz automáticamente.
IoT también está abriendo la puerta a otras innovaciones que de otro modo nunca habrían existido. De hecho, es tal innovación que hoy en día no podemos entender completamente su impacto en el futuro. Solo sabemos que permitirá infinitas oportunidades que cambiarán nuestra vida cotidiana.
Gracias al Internet de las Cosas, el flujo de información está cambiando de persona a persona, gente-a-cosas, y de cosas-a-cosas. Cada vez más, se irán conectando más dispositivos; mientras que la mezcla de las redes, los seres humanos, las «cosas» e Internet irán aumentando constantemente. Por último, el Internet de las Cosas podría conducir a una mayor productividad y una mejor eficiencia energética.

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